martes, 18 de enero de 2011

Una filosofía Adventista del Séptimo Día sobre la Música / Declaración Oficial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día

Dios ha entretejido la música en la trama misma de su creación. Leemos que cuando hizo todas las cosas, “alababan todas las estrellas del alba, y se regocijaban todos los hijos de Dios” (Job 38:7). El libro del Apocalipsis describe el cielo como un lugar de alabanza incesante, que resuena con cánticos de adoración a Dios y al Cordero por parte de todos (Apoc. 4:9‑11; 5:9‑13; 7:10‑12; 12:10‑12; 14:1‑3; 15:2‑4; 19:1‑8).

Debido a que Dios hizo al ser humano a su imagen, compartimos el amor y el aprecio por la música con todos los seres creados. De hecho, la música puede tocarnos y conmovernos con un poder que va más allá de las palabras o cualquier otro tipo de comunicación (La Educación p. 168).1 La música mejor y más pura eleva nuestro ser hasta la misma presencia de Dios, donde los ángeles y seres no caídos lo adoran con cánticos... ► Continuar leyendo en OJO ADVENTISTA / haciendo clic aquí


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