martes, 30 de junio de 2009

El verdadero Bautismo

El bautismo es un rito cristiano mediante el cual se expresa la fe en el sacrificio redentor de Jesucristo, la solemne renuncia a la pasada vida de pecado, y el nacimiento a una nueva vida según los Mandamientos de Dios. Fue practicado por Jesús y ordenado por él como necesario para la salvación.

Jesús y el bautismo

1. ¿Qué ejemplo dio Jesus en cuanto al bautismo?
“Entonces Jesús vino de Galilea a Juan, al Jordan, para ser bautizado por él. Tan pronto como fue bautizado, subió del agua. Y en ese momento, el cielo se abrió, y Jesus vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venia sobre él. Y una voz del cielo dijo: Este es mi Hijo amado, en quien me complazco” (Mateo 3:13, 16, 17).

2. ¿Qué ordenó Jesus a sus seguidores?
“Entonces Jesus les dijo: Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id y haced discípulos en todas las naciones, bautizándolos en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” (Mateo 2818, 19).

3. ¿Cuán indispensable es el bautismo?
“El que crea y sea bautizado, será salvo. Pero el que no crea, será condenado”(Marcos 16:16).

Importancia del bautismo

4. ¿Qué simboliza el bautismo?
La muerte, sepultura y resurrección de Cristo: “¿No sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús hemos sido bautizados en su muerte? Porque fuimos sepultados con él para muerte por medio del bautismo, a fin de que come Cristo resucito de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en nueva vida” (Romanos 6:3, 4).

5. ¿En nombre de quien se realiza el bautismo?
En nombre de la Trinidad: “Bautizándolos en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” (Mateo 28:19).

6. ¿Cuál es la forma correcta de bautizar?
Por inmersión, porque bautizar significa “sumergir”. Y esta es la forma practicada por Juan el Bautista, confirmada por Cristo, y continuada por los cristianos primitivos: “Juan bautizaba también en Enón ... porque había allí abundancia de agua” (Juan 3:23).
Además, cuando Jesús ‘fue bautizado, subió del agua” (Mateo 3:16). En el caso del etiope, “ Felipe y el eunuco descendieren al agua. Y Felipe le bautizo” (Hechos 8:38).

7. ¿Qué experiencias confirma el bautismo en el creyente?
El perdón. “Pedro contestó: Arrepentios, y sed bautizados cada uno de vosotros en el Nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados” (Hechos 2:38).
La recepción del Espíritu Santo “Sed bautizados... Y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hechos 2:38).
La muerte al pecado: “Sepultados junto con él para muerte por medio del bautismo ... nuestro viejo hombre fue crucificado con él ... a fin de que no seamos mas esclavos del pecado” (Romanes 6:4, 6).
Vestirnos de Cristo: ‘Los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos” (Gálatas 3:27)
Unión a la iglesia: “Así, los que recibieron su Palabra, fueron bautizados. Y se les unieron como tres mil personas” (Hechos 2:41).

8. A qué edad es conveniente ser bautizado
Cuando la persona pueda ser adoctrinada, entienda las verdades Bíblicas y este en condiciones de tomar una decisión correcta un niño pequeño no reúne esas condiciones ‘El que crea y sea bautizado, será salvo” (Marcos 16:16).

9. ¿Qué debe hacer el que haya sido bautizado sin conocer la doctrina, en forma incorrecta?
Debe preceder a ser bautizado de acuerdo a la enseñanza bíblica, tal como se registra cuando Pablo encontró a ciertos creyentes que habían sido bautizados sin conocer plenamente la verdad. Una vez que fueron instruidos, en señal de que aceptaban la verdad de Jesús, fueron bautizados nuevamente “Pablo les preguntó ... ¿en que fuisteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de Juan”. Entonces Pablo los instruyo acerca de Jesús. “Al oír esto, fueron bautizados en el Nombre del Señor Jesús” (Hechos 19:3,5)

¿QUE DEBO HACER?

1. Creer en Cristo.
“Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo tú y tu casa” (Hechos 16:31).

2. Ser adoctrinado en las verdades cristianas y practicarlas.
“Enseñándoles que guarden todo lo que os he mandado” (Mateo 28:20).

3. Experimentar el nuevo nacimiento.
“El que no nace del agua y del espíritu, no puede entrar en el reino de Dios” (Juan 3:5).

4. Decidir ser bautizado.
“El eunuco dijo: Aquí hay agua, ¿Qué impide que yo sea bautizado? Felipe le dijo: Si crees de todo corazón bien puedes. El etiope respondió: Creo que Jesucristo es el hijo de Dios. Entonces mandó parar el carro, los dos, Felipe y el eunuco, descendieron al agua. Y Felipe lo bautizó... Y siguió su camino gozoso” (Hechos 8:36-39).

MI DECISION

¿Comprende usted que el bautismo es una señal de que amamos a Jesús, y queremos servirle?

DESPUES DEL BAUTISMO

En la tumba liquida queda sepultada la vida pasada. Ahora comienza una vida nueva (Romanos 6:4). La vida anterior debe quedar liquidada. (Efesios 4:22-24).
Ahora todo es nuevo: Intereses, forma de vivir, ideales, costumbres, palabras, relaciones (Efesios 5:17). Ahora los intereses son espirituales, vivimos en la tierra, pero nuestra aspiración es celestial (Colosenses 3:1, 2).

Fuente: PCJovenes.com

+ Leer más...

lunes, 22 de junio de 2009

¿Hay más de un sábado? Por Ángel Manuel Rodríguez

He leído que el sábado mencionado en Génesis 2:1 al 3 no es el mismo sábado que el del cuarto Mandamiento. Por favor, explíqueme.

Algunos protestantes argumentan que Génesis 2:1 al 3 no prescribe el mandamiento sabático; sencillamente describe lo que Dios hizo el séptimo día de la semana de la Creación. Argumentan que el mandamiento del sábado fue dado a los israelitas como parte del pacto, y que fue reemplazado por el nuevo pacto. Este es un intento obvio de minar la autoridad del sábado para los cristianos. En Génesis 1 y 2, entre otras cosas, Dios está modelando para los seres humanos la necesidad y la naturaleza del trabajo. La naturaleza ejemplar de su actividad divina incluye el descanso sabático. Esto puede ser fundamentado por varias razones.

1. La imagen de Dios y el sábado: El relato de la Creación describe a los seres humanos como criaturas inteligentes y únicas, creadas a la imagen de Dios (Gén. 1:27). Debían reflejar el carácter de Dios y representarlo ante el resto de la creación. La narración contiene varios conceptos importantes.

En primer lugar, el hecho de que Dios haya descansado de sus obras atribuye a Dios necesidades humanas con el fin de demostrar cómo Dios planea suplir esa necesidad. El relato de la Creación demuestra claramente la preocupación de Dios por el ser humano, que no solo necesita trabajar sino también separar un tiempo particular para gozar de la comunión con su Creador.
Segundo, es el Creador, no la criatura, quien determina el tiempo y la naturaleza de ese descanso. Los intentos humanos por establecer su propio momento de descanso son un rechazo de la naturaleza ilustrativa del descanso de Dios y debilita el significado del ser humano como creado a la imagen de Dios.

Tercero, si Dios hubiera descansado sin la compañía de los seres humanos, habría abandonado a su propia suerte a los seres humanos y al mundo que él creó; se hubiera ausentado de su creación, dejándola sin su poder sustentador. Descansó en compañía de los que había creado a su propia imagen, en una celebración gozosa del misterio de su creación. Deseaba gozar de la compañía del ser humano durante el séptimo día.

2. Dios bendijo el sábado: En el relato de la Creación, Dios describe al séptimo día como una bendición. Esto significa, como lo sugiere el uso del mismo verbo en Éxodo 20:11, que por medio del descanso sabático Dios transmite bendiciones a su pueblo. El hecho de que su bendición sea indefinida implica sus riquezas sin límites. El verbo "bendecir" expresa la idea de beneficios derramados sobre alguien o algo. Cuando Dios bendijo el sábado, lo dotó de beneficios que serían disfrutados por los que se le unieran en su placentero descanso. En la Biblia, un día no bendecido es un día privado de contenido positivo para los seres humanos (ver Jer. 20:14). La bendición pronunciada por Dios sobre el séptimo día no fue para su propio beneficio, sino para el de los que estaban junto a él, disfrutando de la comunión y el compañerismo con el Señor, dentro de la fracción de tiempo llamada séptimo día.

3. Dios declaró santo al séptimo día: La Biblia contiene rituales para la santificación de las personas, las cosas y los lugares. Pero no existe un ritual prescrito para la santificación del sábado. Únicamente la historia de la Creación nos informa que su santidad es el resultado de una declaración divina. A lo largo del Antiguo Testamento, la santidad de ese día es presupuesta.

Para los escritores del Antiguo Testamento, al igual que para el pueblo de Dios, el sábado de la Creación era el mismo que el sábado del séptimo día mencionado en el Decálogo. Los seres humanos eran responsables de mantenerlo santo al obedecer el cuarto Mandamiento.

La santidad del sábado no consistía en un estado provisional que se agotara al final del día. No hubo un ritual de "des-santificación" para el séptimo día después de que fuera declarado santo. Al santificarlo, Dios lo separó permanentemente para un uso religioso particular. Dado que, de acuerdo con el relato de la Creación, Adán y Eva habían sido creados en el sexto día, experimentaron la santidad del séptimo día en presencia de Dios mismo. El sábado es lo primero que Dios santificó sobre este planeta, y ha permanecido santo desde entonces.

Todo intento de aislar el Mandamiento del sábado del descanso de Dios durante el séptimo día, con el fin de argumentar que pertenece al antiguo pacto y que los cristianos no deberían guardarlo, es sencillamente una ilusión, que trae como resultado el deterioro de la imagen de Dios en los seres humanos.

Fuente: Biblical Reseach Institute
Autor: Ángel Manuel Rodríguez. Doctorado en teologia (ThD) Andrews University. Desde 1992 comienza a el trabajar para Biblical Research Institute (BRI) General Conference of Seventh-day Advecntists y desde el 2002 es el Director. Autor de destacados libros y artículos en la revistas adventistas, destacandose su columna mensual en Adventist World. Fue director del Antillian College y vicepresidente academico del Southwestern Adventist University.

+ Leer más...

martes, 9 de junio de 2009

Justicia y Juicio. Por Ángel Manuel Rodríguez


La Biblia dice que “compareceremos ante el tribunal de Dios”. ¿Qué significa esto?

Muy a menudo el significado de expresiones puede ser elucidado al estudiar los pasajes bíblicos en los que son utilizados. En este caso, se trata de una práctica legal de la sociedad romana empleada por Pablo para dar a entender importantes verdades teológicas. Conocer esta antigua práctica es útil, pero el mismo texto bíblico nos ayuda al explicar su significado y su importancia doctrinal.

1. Origen de la frase. “Tribunal” es la traducción al Español del término griego bema. El significado literal de la palabra es “paso” (utilizado como una medida para designar aproximadamente un metro; literalmente, “un pie de largo”). Desde ese significado básico, bema llegó a designar una plataforma elevada al menos un pie por sobre el piso. Tales plataformas generalmente eran construidas en la plaza del mercado o cerca de ella y era utilizada por los oficiales romanos para emitir discursos (por ejemplo, Hech. 12:21) y para tomar decisiones judiciales. El magistrado se sentaba sobre una silla colocad sobre ella para dirigirse a los presentes. El término bema, por extensión, se aplicaba a la silla del magistrado. La “silla del juicio” era la silla de un tribunal.

2. Procedimiento legal. Frente al magistrado romano, permanecía el acusado y los acusadores. Durante el juicio a Jesús, Pilato se sentó “en el tribunal” (Mat. 27:11, 19; Juan 19:13). Los acusadores presentaron los cargos, Pilato permitió que Jesús se defendiera, y se dictó una sentencia legal (Mat. 27:13, 14, 24-26).

Encontramos una situación similar en Hechos. Cuando estaba en Corintio, los judíos llevaron a Pablo al “tribunal” (be-ma) de Galión, procónsul de Acaya (Hech. 18:12). Éste escuchó los cargos contra Pablo, pero determinó que, de acuerdo con la ley romana, no tenían base legal. Y “los echó del tribunal” (vers. 16). Los líderes judíos también insistieron en presentar cargos contra Pablo en Cesarea, ante Festo. “Al siguiente día se sentó en el tribunal, y mando que fuese traído Pablo” (Hech. 25:6). Los acusadores comparecieron y presentaron sus cargos contra Pablo, y se le dio una oportunidad de defenderse (vers. 7, 8).

Por lo tanto, esta silla era un tribunal público, un lugar donde el supuesto delincuente era llevado ante el oficial romano, que funcionaba como un juez. El acusado y los acusadores comparecían ante él, presentando sus argumentos y evidencias, y él escuchaba a la defensa. Después de una evaluación de las evidencias, el magistrado romano pronunciaba su decisión legal a favor o en contra del acusado.

3. Uso teológico. Esta práctica legal fue empleada por Pablo para ilustrar los procedimientos del tribunal celestial. En Romanos 14:10, se refiere a bema como “el tribunal de Cristo”, al igual que en 2 Corintios 5:10. Estos dos pasajes contienen varias ideas importantes. Primero, afirman que hay una corte divina en la que Dios, por medio de Cristo, opera como juez. La referencia es al juicio escatológico.

Segundo, que los creyentes cristianos comparecerán ante el tribunal de Dios para rendir cuenta de sus actos (Rom. 14:12). Al final de este proceso legal escatológico, “toda lengua confesará a Dios” (vers. 11) para reconocer la justicia de Dios.
Tercero, el pueblo de Dios también comparecerá ante él para recibir lo que se merece por “lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo” (2 Cor. 5:10).
Cuarto, 2 Corintios 5:10 revela que, en el juicio, se analiza la evidencia y Dios pronuncia un veredicto sobre la base de esa evidencia.

Finalmente, deberíamos notar que Pablo no dice quién será el acusador. En 2 Corintios se sugiere que, en el reino celestial, el registro de nuestras obras hablará contra nosotros, pero otras evidencias bíblicas indican que el máximo acusador del pueblo de Dios es el enemigo (Zac. 3:1). Otros pasajes especifican que la defensa es presentada por nuestro abogado, Jesús (1 Juan 2:1; Heb. 7:25). Ya que lo confesamos aquí en la tierra, él confesará en el tribunal celestial de que le pertenecemos (Mat. 10:32; Luc. 12:8, 9).

No hay necesidad de que comparezcamos físicamente ante el tribunal de Dios, ya que Cristo nos representa allí. ¡Estas son buenas nuevas!


Fuente: Biblical Reseach Institute
Autor: Ángel Manuel Rodríguez. Doctorado en teologia (ThD) Andrews University. Desde 1992 comienza a el trabajar para Biblical Research Institute (BRI) General Conference of Seventh-day Adventists y desde el 2002 es el Director. Autor de destacados libros y artículos en la revistas adventistas, destacandose su columna mensual en Adventist World. Fue director del Antillian College y vicepresidente academico del Southwestern Adventist University.

+ Leer más...