El 1 y 2 de octubre de 2010, las Iglesias Adventistas conmemoran el 150 Aniversario de la elección del nombre de la denominación, "ADVENTISTA DEL SÉPTIMO DÍA"
Razón histórica
El primero de octubre de 1860, un grupo de adventistas observadores del sábado se reunieron en la Segunda Casa de Reunión, en Battle Creek, Michigan, a fin de organizar la incipiente obra de publicaciones de la iglesia. Como parte del proceso, se eligió el nombre “Adventista del Séptimo Día”, no solamente para la naciente casa publicadora, sino también fue recomendado para nuestras iglesias locales. En síntesis, el 1 de octubre de 2010 marca el 1500 de la adopción del nombre “Adventista del Séptimo Día”
Propósito
Se sugiere que este históricamente significativo aniversario se use como una oportunidad para cada miembro y congregación local, y para cada institución y organización de la iglesia, para meditar seriamente en la importancia del nombre “Adventista del Séptimo Día”, en términos de lo que se está haciendo individual y corporativamente. En vez de simplemente recordar el pasado -aun cuando sea muy importante hacerlo para cualquier organización- o simplemente celebrar un hito importante en la historia de la denominación, independientemente de cuán loables y agradables sean tales conmemoraciones, es aun más importante una franca consideración de lo que el nombre “Adventista del Séptimo Día” significa hoy. Esto debe incluir una visión con respecto a cómo retener en el presente y hasta que Jesús regrese, nuestra identidad, misión y mensaje distintivos. Debe incluir también un llamado a la acción –instando a cada adventista en todo el mundo a participar activamente en la vida y misión de la iglesia. Entre aquello que se espera también como resultado de los fines de semana de celebración de aniversario, está el ayudar a los miembros a recuperar su identidad adventista, así como el recobrar el sentido de un sano orgullo por ser adventistas del séptimo día.
Se sugiere que cada miembro de iglesia y congregación local, así como todas las otras instituciones y organizaciones de la iglesia, usen el tiempo inmediatamente cercano a la fecha del aniversario, para considerar de nuevo y seriamente la importancia actual de nuestra identidad adventista como agente misionero, tanto individual y colectivamente. Por lo tanto, se anima a los miembros, iglesias y otras instituciones y organizaciones, a utilizar medios apropiados para lograr mundialmente lo anterior. Se sugiere para el efecto el fin de semana del 1 y 2 de octubre, aunque será apropiado llevarlo a cabo en cualquier otra fecha durante el mes de octubre.
Resultados deseados
Una mayor conciencia, por parte de los participantes, en cuanto a cómo el nombre de nuestra iglesia ha sido y continúa siendo crucial para nuestra identidad.
Mayor aprecio y participación en la vida y testificación tanto de la misión como del mensaje profético distintivos de la iglesia.
Discusiones y planes específicos por parte de congregaciones y miembros en cuanto a cómo pueden comunicar mejor al público la identidad y mensaje de la iglesia.
Un compromiso en particular de niños, jóvenes y nuevos miembros en las actividades de tales fines de semana.
Discusiones y planes específicos en cuánto a cómo las instituciones de la denominación pueden realzar su identidad como iglesia.
Mayor colegiación a partir de discusiones y actividades de tal fin de semana.
Ideas concretas para mantener el enfoque en la identidad de la iglesia iniciado durante tal fin de semana.
Datos históricos
En respuesta a invitaciones publicadas para asistir a la reunión de la "Asociación General," los ministros de cinco estados se reunieron en Battle Creek, Michigan, del 18 de septiembre al octubre 1 de 1860. Jaime White, uno de los que convocaron a la reunión, instó a la formación de una organización que legalmente podría ser propietarios de la editorial. Finalmente se propuso una organización, pero sin un nombre jurídico y organizativo, no se podía lograr nada. Algunos se opusieron a la elección de un nombre porque sentían que al hacerse adventistas se convertirían en otra denominación más, o peor aún, llegaríamos a ser "Babilonia".
Después de discutir posibles nombres, por fin, se eligió el nombre "Iglesia de Dios", el cual fue favorecido por muchos, incluyendo a Jaime White. Otros pensaban que el nombre sonaba demasiado presuntuoso, sin mencionar que aquel nombre estaba siendo utilizado por otras iglesias. Finalmente "Adventista del Séptimo Día" se propuso. La aprobación del nombre fue propuesto por David Hewitt, el primer convertido de Joseph Bates en Battle Creek en 1852. Una vez que el nombre de la editorial fue elegido, se votó rápidamente que el mismo nombre también sea recomendado a las iglesias en general. Así, el 1 de octubre de 1860, el nombre que "llevó las características verdaderas de nuestra fe" fue elegido. En aquel tiempo, había alrededor de 2.500 adventistas del séptimo día en el noreste de Estados Unidos y el sudeste de Canadá. Hoy, ese número ha crecido a más de 16.000.000 miembros de la iglesia en todo el mundo.
Elena de White permaneció en un segundo plano a lo largo de las reuniones, pero tan pronto como se escogió el nombre envió el siguiente mensaje de apoyo: “No podríamos elegir un nombre más apropiado que el que concuerda con nuestra profesión, expresa nuestra fe y nos señala como pueblo peculiar…” (Joyas de los testimonios, t 1 p. 80)
A continuación ponemos a su disposición los bosquejos de dos sermones que se predicaran este sábado:
Sermón 1: FORJANDO UNA IDENTIDAD Por Stanley D. Hickerson
Sermon 2: ¿QUE HAY EN UN NOMBRE? Por Dan Martella
Razón histórica
El primero de octubre de 1860, un grupo de adventistas observadores del sábado se reunieron en la Segunda Casa de Reunión, en Battle Creek, Michigan, a fin de organizar la incipiente obra de publicaciones de la iglesia. Como parte del proceso, se eligió el nombre “Adventista del Séptimo Día”, no solamente para la naciente casa publicadora, sino también fue recomendado para nuestras iglesias locales. En síntesis, el 1 de octubre de 2010 marca el 1500 de la adopción del nombre “Adventista del Séptimo Día”
Propósito
Se sugiere que este históricamente significativo aniversario se use como una oportunidad para cada miembro y congregación local, y para cada institución y organización de la iglesia, para meditar seriamente en la importancia del nombre “Adventista del Séptimo Día”, en términos de lo que se está haciendo individual y corporativamente. En vez de simplemente recordar el pasado -aun cuando sea muy importante hacerlo para cualquier organización- o simplemente celebrar un hito importante en la historia de la denominación, independientemente de cuán loables y agradables sean tales conmemoraciones, es aun más importante una franca consideración de lo que el nombre “Adventista del Séptimo Día” significa hoy. Esto debe incluir una visión con respecto a cómo retener en el presente y hasta que Jesús regrese, nuestra identidad, misión y mensaje distintivos. Debe incluir también un llamado a la acción –instando a cada adventista en todo el mundo a participar activamente en la vida y misión de la iglesia. Entre aquello que se espera también como resultado de los fines de semana de celebración de aniversario, está el ayudar a los miembros a recuperar su identidad adventista, así como el recobrar el sentido de un sano orgullo por ser adventistas del séptimo día.
Se sugiere que cada miembro de iglesia y congregación local, así como todas las otras instituciones y organizaciones de la iglesia, usen el tiempo inmediatamente cercano a la fecha del aniversario, para considerar de nuevo y seriamente la importancia actual de nuestra identidad adventista como agente misionero, tanto individual y colectivamente. Por lo tanto, se anima a los miembros, iglesias y otras instituciones y organizaciones, a utilizar medios apropiados para lograr mundialmente lo anterior. Se sugiere para el efecto el fin de semana del 1 y 2 de octubre, aunque será apropiado llevarlo a cabo en cualquier otra fecha durante el mes de octubre.
Resultados deseados
Una mayor conciencia, por parte de los participantes, en cuanto a cómo el nombre de nuestra iglesia ha sido y continúa siendo crucial para nuestra identidad.
Mayor aprecio y participación en la vida y testificación tanto de la misión como del mensaje profético distintivos de la iglesia.
Discusiones y planes específicos por parte de congregaciones y miembros en cuanto a cómo pueden comunicar mejor al público la identidad y mensaje de la iglesia.
Un compromiso en particular de niños, jóvenes y nuevos miembros en las actividades de tales fines de semana.
Discusiones y planes específicos en cuánto a cómo las instituciones de la denominación pueden realzar su identidad como iglesia.
Mayor colegiación a partir de discusiones y actividades de tal fin de semana.
Ideas concretas para mantener el enfoque en la identidad de la iglesia iniciado durante tal fin de semana.
Datos históricos
En respuesta a invitaciones publicadas para asistir a la reunión de la "Asociación General," los ministros de cinco estados se reunieron en Battle Creek, Michigan, del 18 de septiembre al octubre 1 de 1860. Jaime White, uno de los que convocaron a la reunión, instó a la formación de una organización que legalmente podría ser propietarios de la editorial. Finalmente se propuso una organización, pero sin un nombre jurídico y organizativo, no se podía lograr nada. Algunos se opusieron a la elección de un nombre porque sentían que al hacerse adventistas se convertirían en otra denominación más, o peor aún, llegaríamos a ser "Babilonia".
Después de discutir posibles nombres, por fin, se eligió el nombre "Iglesia de Dios", el cual fue favorecido por muchos, incluyendo a Jaime White. Otros pensaban que el nombre sonaba demasiado presuntuoso, sin mencionar que aquel nombre estaba siendo utilizado por otras iglesias. Finalmente "Adventista del Séptimo Día" se propuso. La aprobación del nombre fue propuesto por David Hewitt, el primer convertido de Joseph Bates en Battle Creek en 1852. Una vez que el nombre de la editorial fue elegido, se votó rápidamente que el mismo nombre también sea recomendado a las iglesias en general. Así, el 1 de octubre de 1860, el nombre que "llevó las características verdaderas de nuestra fe" fue elegido. En aquel tiempo, había alrededor de 2.500 adventistas del séptimo día en el noreste de Estados Unidos y el sudeste de Canadá. Hoy, ese número ha crecido a más de 16.000.000 miembros de la iglesia en todo el mundo.
Elena de White permaneció en un segundo plano a lo largo de las reuniones, pero tan pronto como se escogió el nombre envió el siguiente mensaje de apoyo: “No podríamos elegir un nombre más apropiado que el que concuerda con nuestra profesión, expresa nuestra fe y nos señala como pueblo peculiar…” (Joyas de los testimonios, t 1 p. 80)
A continuación ponemos a su disposición los bosquejos de dos sermones que se predicaran este sábado:
Sermón 1: FORJANDO UNA IDENTIDAD Por Stanley D. Hickerson
Sermon 2: ¿QUE HAY EN UN NOMBRE? Por Dan Martella
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