Durante más de cien años, los adventistas hemos mirado al Congreso de la Asociación General de 1888 como un hito histórico, un punto de inflexión de nuestro desarrollo teológico. Es considerada la conferencia teológica más importante de nuestra historia. Aunque duró menos de un mes, el congreso propiamente dicho (17 de octubre al 4 de noviembre) y el Instituto Ministerial (10 al 16 de octubre) dieron una nueva forma al adventismo.
Antecedentes del congreso
Después del gran chasco de 1844, los pioneros se dedicaron a la proclamación de importantes verdades; las llamadas verdades esenciales: el santuario, el espíritu de profecía, los mensajes de los tres ángeles, la inmortalidad condicional, la segunda venida y el sábado. La salvación y la justificación por la fe quedaron en un segundo plano, porque estas verdades ya eran enseñadas por otras iglesias. ¿Por qué enseñarle a un bautista o metodista sobre la salvación, con la cual ya estaban familiarizados? Lo que ellos no conocían era lo relacionado al sábado, el estado de los muertos, la verdad del santuario, etc. Los pioneros se dedicaron a las doctrinas distintivas, especialmente a la del sábado y los diez mandamientos.
Desafortunadamente, debido al fuerte énfasis en la ley, la espiritualidad se vio afectada y muchos se volvieron muy legalistas. El orgullo, la confianza propia y la complacencia ingresaron a nuestras filas, pero faltaba una experiencia viva con Cristo; el gozo y la paz que resultan de una relación con él. Guardar la ley llegó a ser lo esencial. Al ver la situación, Elena White escribió: «Como pueblo hemos predicado la ley hasta que hemos llegado a estar tan secos como los montes de Gilboa, sin rocío ni lluvia. Tenemos que predicar a Cristo en la ley».1
El Instituto Ministerial, 10 al 16 de octubre de 1888
Cuando pensamos en Minneápolis 1888, surgen dos nombres: Alonzo Jones y Elliot Waggoner. Ambos eran amigos y editores de la revista Signs of the Times [Señales de los tiempos] en California. Jones tenía 38 años y había servido en el ejército de los Estados Unidos; era un autodidacta. Waggoner, de 33, había tenido en cambio una educación clásica; estudió medicina y trabajó en el Sanatorio de Battle Creek durante un tiempo. Su corazón, sin embargo, estaba en el evangelismo, y por ello dejó la medicina y pasó a ser ministro.
En la reunión de obreros de una semana de duración que precedió al congreso, un tema que dividió el grupo ministerial fue el conflicto con la ley, registrado en Gálatas 3:24. La pregunta era: ¿qué ley es más importante: la moral o la ceremonial? En 1886, O. Johnson había publicado un artículo en la Review and Herald titulado «Las dos leyes», en el cual declaraba: «La ley de Gálatas es la ley ceremonial».2 Pocos meses después, Waggoner publicó una serie de nueve artículos en la revista Signs, en los cuales afirmaba que la ley de Gálatas es la ley moral.Elena White, quien en ese entonces estaba en Basilea, Suiza, escribió una carta de amonestación a los dos editores de California por publicar artículos que revelaban al mundo que las dos publicaciones de la iglesia diferían en ciertas enseñanzas. No tomó partido por uno u otro, sino que se mostró en desacuerdo por la forma de proceder de ellos.
¿Quién tenía razón? Por supuesto, ambos estaban en lo cierto. Ambas leyes llevan a Cristo. Ocho años después, en 1896, Elena White escribió: «El Espíritu Santo está hablando especialmente de la ley moral en este texto [Gal. 3:24], mediante el apóstol. La ley nos revela el pecado y nos hace sentir nuestra necesidad de Cristo y de acudir a él en procura de perdón y paz».3En 1888, sin embargo, se rehusó a dar una respuesta, acaso porque tampoco la sabía.
El Congreso de Minneápolis
Las reuniones comenzaron el miércoles 17 de octubre. Asistieron unos noventa delegados en representación de 27 mil miembros. Se habló del progreso de los nuevos campos misioneros, la distribución del trabajo, el evangelismo urbano, un nuevo barco para el Pacífico Sur (Pitcairn), y muchos otros temas. Hoy en día, sin embargo, todos los temas suelen ser dejados de lado y lo que aún recordamos es que «el Señor en su gran misericordia envió un muy precioso mensaje a su pueblo por medio de los pastores Waggoner y Jones […]. Presentaba la justificación por la fe en el Garante [Cristo]; invitaba al pueblo a recibir la justicia de Cristo, que se manifestaba en la obediencia a todos los mandamientos de Dios».4
Se le pidió a Waggoner que presentara una serie de conferencias sobre justificación por la fe. No sabemos exactamente qué dijo, porque recién a partir de 1891 se comenzaron a registrar los temas bíblicos de los congresos de la Asociación General, pero de acuerdo con lo que escribió antes y después de Minneápolis, tenemos una idea de lo que enseñó.
Hasta 1888 se creía mayormente que la justicia aceptable a Dios podía ser lograda (con la ayuda del Espíritu Santo, por supuesto) por la obediencia a los mandamientos. En otras palabras, se veía a la santificación como la base de la salvación.
La obra de Cristo en la justificación era vista mayormente en relación con los pecados del pasado. Un artículo no firmado, en los primeros números de la revista Signs, expresaba: «Como todos han violado la ley de Dios y no pueden por sí mismos obedecer sus justos requerimientos, dependemos de Cristo, en primer lugar para nuestra justificación de las ofensas del pasado y, en segundo, para obedecer por gracia su santa ley en el futuro».5
Pero entonces apareció Waggoner y dijo: (1) la obediencia del hombre jamás puede satisfacer la ley divina; (2) la justicia imputada de Cristo por sí sola es la base de la aceptación de Dios por nosotros; y (3) necesitamos estar cubiertos constantemente por la justicia de Cristo, no solo por causa de nuestros pecados pasados.
¿Qué reacción tuvieron los oyentes? Algunos aceptaron y apoyaron el mensaje de Waggoner (E. White, W. White, S. Haskell, etc.) y otros lo rechazaron (U. Smith, J. Morrison, L. Conradi, etc.), pero la mayoría se mostraba indecisa. No sabían qué creer. Los que se oponían lo expresaron abiertamente. En cierto momento Elena White se sintió tan desanimada que quiso irse de allí, pero el ángel del Señor le dijo: «No lo hagas; Dios tiene una obra para ti en este lugar. La gente está repitiendo la rebelión de Coré, Datán y Abiram».6
Eventualmente, la mayoría de los que se oponían cambiaron de actitud y aceptaron el mensaje de la justificación por la fe, aunque algunos dejaron la iglesia.
Después del congreso Elena White se unió a Jones y Waggoner para comunicar el mensaje de la justificación por la fe a las iglesias. Fueron a reuniones netamente espirituales, a reuniones de obreros y a escuelas bíblicas, de una costa a la otra de los Estados Unidos. En 1889 ella escribió: «Jamás he presenciado semejante obra de reavivamiento, que al mismo tiempo esté libre de cualquier excitación indebida».7 Después de Minneápolis se produjeron muchos libros sobre el tema de la justificación por la fe, como por ejemplo El camino a Cristo y El Deseado de todas las gentes.
Es importante entender lo que sucedió en Minneápolis porque algunos actualmente afirman que la iglesia rechazó ese mensaje, y hacen un llamado al arrepentimiento corporativo. Otros afirman que el tema principal de Waggoner era la naturaleza de Cristo. Dado que en el libro Cristo y su justicia (1890) expresó que Cristo asumió la carne pecaminosa con tendencias pecaminosas, se afirma que la iglesia ha rechazado el mensaje porque jamás ha aceptado oficialmente que Cristo tuvo tendencias al pecado. Sin embargo, no hay evidencias de que Waggoner se haya dedicado a la naturaleza de Cristo en Minneápolis. Su énfasis estaba en la relación de la justicia de Cristo con la ley.
Minneápolis 1888 fue un punto de inflexión en la historia de la Iglesia Adventista. Gracias a Waggoner y Jones, y con el apoyo de Elena White, la iglesia fue preservada de una comprensión incompleta del evangelio.
Fuente: Adventist World/ Enero 2010 Autor: Gerhard Pfandl, nacido en Austria, ha sido director asociado del Instituto de Investigaciones Bíblicas (Biblical Research Institute) de la Asociación General desde 1999. Doctorado de la Universidad Andrews. Durante muchos años como ministro en Alemania y enseñó al mismo tiempo como profesor de teología en el Seminario Bogenhofen. Luego se desempeñó como un predicador, profesor y administrador en California (EE UU) y Australia. Referencias: 1. «Christ Prayed for Unity Among the Disciples», Review and Herald (11 de marzo de 1890).2. «The Two Laws», Review and Herald (16 de marzo de 1886).3.Mensajes selectos, vol. 1, p. 275.4. Testimonios para ministros, p. 89.5. «Fundamental Principles», Signs of the Times (4 de junio de 1874). 6. Carta 2a, 1892.7. Review and Herald (5 de marzo de 1889).
Aun cuando Elena G. White había escrito y publicado un tanto sobre la necesidad de orden en la administración de la obra de la iglesia (ver EW, pp. 97 -104), y aun cuando Jaime White había presentado esta necesidad ante los creyentes en artículos de la Review and Herald, la iglesia tardaba en tomar acción. En términos generales, lo presentado era bien recibido; pero cuando se trataba de aplicarlo en forma constructiva, había resistencia y oposición. Los breves artículos de Jaime White habían despertado a muchos de la complacencia y ahora se estaba hablando mucho al respecto.
J. N. Loughborough, quien trabajaba con Jaime White en Michigan, fue el primero en responder. Sus palabras eran de afirmación y a la vez defensivas:
Alguien dijo, si se organizan de manera que puedan por ley hacerse de propiedades, van a formar parte entonces de Babilonia. No; yo entiendo que hay una gran diferencia entre estar en posición de proteger por ley nuestra propiedad y utilizar la ley para proteger y hacer cumplir nuestros puntos de vista religiosos. Si es incorrecto proteger la propiedad de la iglesia, ¿por qué entonces no es incorrecto que las personas tengan legalmente propiedades legales? –RH, 8 de marzo de 1860. Jaime White había finalizado su declaración en la Review, poniendo delante de la iglesia el asunto de la necesidad de organización de los intereses en el ramo de publicación, con estas palabras: “Si alguno objeta nuestras sugerencias, ¿podría por favor redactar un plan que podamos seguir como pueblo?” – Ibíd., 23 de febrero de 1860. El primer ministro laborando en el campo que respondió, fue R. F. Cottrell, un incondicional y fiel editor de la Review. Su reacción inmediata fue decididamente negativa:
El Hermano White ha pedido a los hermanos que se expresen en relación a su proposición de asegurar las propiedades de la iglesia. Desconozco en forma precisa qué medidas implica esta sugerencia, pero entiendo que esto significa la incorporación como organismo religioso de acuerdo con la ley. Personalmente pienso que será incorrecto “hacernos un nombre” siendo que eso constituye la base de Babilonia. No pienso que Dios apruebe tal cosa” - Ibíd., 23 de febrero de 1860.
Cottrel tenía gran experiencia e influencia; su mensaje, publicado en ausencia de Jaime White, sentó las bases para una prolongada batalla.
El asunto osciló de un lado a otro durante los siguientes seis meses, con algunas referencias al mismo en la mayoría de los números de la Review.
Vino luego la convocación para una conferencia general en Battle Creek, iniciada el viernes 28 de septiembre, para considerar la salvaguardia de los intereses de la obra a través de algún tipo de organización. Debido a la importancia de la conferencia, sus sesiones de negocios se registran detalladamente en los números de la Review and Herald del 9, 16 y 23 de octubre. Las sesiones de negocios comenzaron el 29 de septiembre, inmediatamente después del sábado, las cuales José Bates fue llamado a presidir. Teniendo en mente el debate que había estado llevándose a cabo en la Review, los asistentes a la conferencia se lanzaron inmediatamente a una prolongada discusión. Era muy claro que la mayoría veía en forma negativa cualquier paso hacia una organización. Las reuniones continuaron por la noche después del sábado, y durante la mañana y tarde del domingo, terminando finalmente con la adopción de lo siguiente:
Recomendamos a la conferencia la organización de una asociación publicadora que pueda ser propietaria legal de la oficina de la Review. –Ibíd., 16 de octubre de 1860.
Con gran alivio, Jaime White se puso de pie y dijo: “Esto es por lo que he estado suplicando por los últimos seis meses”. - Ibíd., 23 de octubre de 1860. A partir de este voto, la conferencia se reunió en la madrugada del lunes para adoptar una constitución al respecto. Para comenzar, Jaime White tomó la palabra “expresando su gratitud por el candor, buena disposición y unidad, y consideración por los principios correctos manifestados por los presentes”.- Ibíd. Dice el primero de los diez artículos adoptados ese lunes de mañana:
Esta Asociación será denominada The Advent Review Publishing Association [Asociación Publicadora de la Revista Adventista], cuyo objetivo será la publicación de revistas, libros y folletos, calculados para hacer llegar instrucción en cuanto a la verdad bíblica, especialmente sobre el cumplimiento de la profecía, los mandamientos de Dios y la fe de Jesús. – Ibíd.
La mayor parte del documento contenía los detalles sobre organización y personal, y señalaba los deberes de varios oficiales. Pero los negocios a tratar en la conferencia no habían finalizado.
ADOPCIÓN DE UN NOMBRE PARA LA DENOMINACIÓN
El Hermano Bracket se puso de pie y dijo:
Propongo ahora que adoptemos un nombre, siendo que tenemos que tener un nombre si nos vamos a organizar como para poseer legalmente propiedades –Íbid.
Con gran cautela, la conferencia se dispuso a prestar atención a esta área tan elevadamente sensible. El Hermano Poole temía que el adoptar un nombre general los dañara como pueblo. J. B. Frisbie se opuso a un nombre sectario, pero vio la necesidad de cierta uniformidad en los términos por los cuales los observadores del sábado serían conocidos. Moses Hull pensó que las iglesias en varios lugares podían ser conocidas como “la iglesia que adora en el séptimo día, en este, o en este otro lugar”. Jaime White declaró que no podía ver cómo podían arreglárselas sin un nombre y que no podían poseer propiedades sin un nombre. Que siendo que la ley era muy específica al respecto, él no podía ver cómo esto podía significar ir en dirección de Babilonia. M.E. Cornell expresó muy claramente su sentir:
Los mandamientos de Dios y la fe de Jesús son una marca distintiva entre nosotros y las otras denominaciones.…me parece que perdemos de vista los dones de la iglesia y no les damos la importancia que debieran tener si damos lugar a tanto temor de convertirnos en Babilonia simplemente por adoptar un nombre. Hay confusión en los nombres ya elegidos; y si no se hace algo aquí, las iglesias irán eligiendo todavía otros diferentes nombres. Un nombre general nos va a traer unidad y no confusión. – Ibíd.
Hablando de la iglesia, T. J. Butler tomó la posición de que Dios, quien había armado y diseñado este edificio, lo había declarado “iglesia de Dios”, y luego añadió: “Si Dios nos ha nombrado como padres que tenemos el derecho de dar nombre a sus hijos, ¿no denotaría una falta de modestia el tratar de evadir el poner este nombre o el otro?”
La discusión continuó en forma ferviente hasta las once de la mañana, cuando se procedió a un necesario receso. Las minutas de la discusión después del almuerzo declaraban.
Nuevamente se posó la pregunta ante la reunión: “¿Debemos adoptar un nombre?” Algunos que previamente se habían opuesto a tal acción declararon aquí su cambio de opinión y su disposición a cooperar con los hermanos en esta dirección. – Ibíd
El Hermano Sperry estuvo dispuesto a poner sus prejuicios en el altar, creyendo que Dios daría sabiduría al respecto. Stephen Belden, empleado en la oficina de la Review, expresó su sentir de que estar sin un nombre sería como publicar libros sin títulos o enviar un documento sin membrete.
Entonces Jaime White tomó la palabra y se disculpó por algunos de los hermanos que parecían temer el adoptar un nombre. La Review registró algunos de sus comentarios:
Ha tomado antes la misma posición. En el pasado, cuando éramos comparativamente pocos, no vio él la necesidad de ninguno de esos pasos. Pero ahora se ha levantado gran cantidad de hermanos inteligentes, y sin ninguna regulación de este tipo, serán lanzados a la confusión.
Entonces hizo un repaso del pasado, mencionando la oposición que habían manifestado algunos todo el tiempo, primero contra la publicación de una revista, luego en contra de la publicación de folletos, más tarde en contra de tener una oficina, luego contra la venta de publicaciones, después en contra de organizarse como iglesia y luego en contra de una prensa mecánica. Ha sido difícil convencer a algunos de los hermanos de la necesidad de estas cosas; pero todas ellas han sido esenciales para la prosperidad de la causa. – Ibíd.
Finalmente se hizo la propuesta ante los delegados y fue aprobada. Señala el registro: “Nadie disintió, aunque algunos se abstuvieron de votar”. Al repasar las minutas, encontramos en ellas la historia del resultado por el que vio la luz el nombre por el cual seríamos conocidos los adventistas observadores del sábado.
“EL NOMBRE ELEGIDO –ADVENTISTAS DEL SÉPTIMO DÍA”
Habiéndose votado la adopción de un nombre, la discusión de volvió hacia cuál sería tal nombre. El nombre “Iglesia de Dios” fue propuesto y celosamente defendido por algunos. Se objetó que ese nombre ya lo estaban utilizando algunas denominaciones, lo cual lo hacía indefinido, además de que parecía un tanto presuntuoso ante el mundo. El Hermano White señaló que el nombre elegido debería ser el que ofreciera menos inconvenientes en el mundo en general.
Se propuso el nombre de Adventistas del Séptimo Día como un simple nombre que expresa nuestra fe y posición. Después de unas cuantas observaciones, el Hermano Hewitt [el hombre más honesto del pueblo]* ofreció la siguiente resolución:
Acordado, Que adoptemos el nombre de Adventistas del Séptimo Día. – Ibíd.
Se discutió libremente esta resolución y la redacción quedó ajustada a lo siguiente: “Que nos llamemos Adventistas del Séptimo Día”. Finalmente se votó de esa manera. – Ibíd.
Aun así, T.J. Butler, de Ohio, no estuvo de acuerdo, y los pastores Lawrence, Sperry, Andrews e Ingraham, se abstuvieron de votar. Ahora los adventistas observadores del sábado tenían nombre, un nombre el cual le fue mostrado a Elena G. White, que tenía la aprobación divina. Había sido una conferencia trascendental, claramente influenciada por el Espíritu de Dios.
Fuente: "Elena G. White: Los Primeros Años. Capitulo 28. Tomo 1. 1827 -1862. pp 420 – 431". Sda150.com / Centro White - Peru Autor: Arturo L. White (1907-1991). Fue secretario y director de Ellen G. White Estate desde 1937 hasta 1978. Sucedió a su padre, William C. White , que era hijo de Elena G. de White y administro el legado de su madre desde su muerte en 1915 hasta su muerte en 1937. En sus años de retiro produjo en seis volúmenes la biografía de su abuela Elena G. de White: A Biography. Referencias: * Cuando en 1852 llegó José Bates a Battle Creek, a anunciar el mensaje, se dirigió a la oficina de correos y pidió el nombre y la dirección del hombre más honesto en el pueblo. Lo dirigieron de buena gana al hogar de David Hewitt. Bates pensó que un hombre honesto aceptaría fácilmente el mensaje adventista. Después de estudiar juntos un día las Escrituras, David Hewitt aceptó y se constituyó en el primer converso en Battle Creek.
El 1 y 2 de octubre de 2010, las Iglesias Adventistas conmemoran el 150 Aniversario de la elección del nombre de la denominación, "ADVENTISTA DEL SÉPTIMO DÍA"
Razón histórica
El primero de octubre de 1860, un grupo de adventistas observadores del sábado se reunieron en la Segunda Casa de Reunión, en Battle Creek, Michigan, a fin de organizar la incipiente obra de publicaciones de la iglesia. Como parte del proceso, se eligió el nombre “Adventista del Séptimo Día”, no solamente para la naciente casa publicadora, sino también fue recomendado para nuestras iglesias locales. En síntesis, el 1 de octubre de 2010 marca el 1500 de la adopción del nombre “Adventista del Séptimo Día”
Propósito
Se sugiere que este históricamente significativo aniversario se use como una oportunidad para cada miembro y congregación local, y para cada institución y organización de la iglesia, para meditar seriamente en la importancia del nombre “Adventista del Séptimo Día”, en términos de lo que se está haciendo individual y corporativamente. En vez de simplemente recordar el pasado -aun cuando sea muy importante hacerlo para cualquier organización- o simplemente celebrar un hito importante en la historia de la denominación, independientemente de cuán loables y agradables sean tales conmemoraciones, es aun más importante una franca consideración de lo que el nombre “Adventista del Séptimo Día” significa hoy. Esto debe incluir una visión con respecto a cómo retener en el presente y hasta que Jesús regrese, nuestra identidad, misión y mensaje distintivos. Debe incluir también un llamado a la acción –instando a cada adventista en todo el mundo a participar activamente en la vida y misión de la iglesia. Entre aquello que se espera también como resultado de los fines de semana de celebración de aniversario, está el ayudar a los miembros a recuperar su identidad adventista, así como el recobrar el sentido de un sano orgullo por ser adventistas del séptimo día. Se sugiere que cada miembro de iglesia y congregación local, así como todas las otras instituciones y organizaciones de la iglesia, usen el tiempo inmediatamente cercano a la fecha del aniversario, para considerar de nuevo y seriamente la importancia actual de nuestra identidad adventista como agente misionero, tanto individual y colectivamente. Por lo tanto, se anima a los miembros, iglesias y otras instituciones y organizaciones, a utilizar medios apropiados para lograr mundialmente lo anterior. Se sugiere para el efecto el fin de semana del 1 y 2 de octubre, aunque será apropiado llevarlo a cabo en cualquier otra fecha durante el mes de octubre.
Resultados deseados
Una mayor conciencia, por parte de los participantes, en cuanto a cómo el nombre de nuestra iglesia ha sido y continúa siendo crucial para nuestra identidad.
Mayor aprecio y participación en la vida y testificación tanto de la misión como del mensaje profético distintivos de la iglesia.
Discusiones y planes específicos por parte de congregaciones y miembros en cuanto a cómo pueden comunicar mejor al público la identidad y mensaje de la iglesia.
Un compromiso en particular de niños, jóvenes y nuevos miembros en las actividades de tales fines de semana.
Discusiones y planes específicos en cuánto a cómo las instituciones de la denominación pueden realzar su identidad como iglesia.
Mayor colegiación a partir de discusiones y actividades de tal fin de semana.
Ideas concretas para mantener el enfoque en la identidad de la iglesia iniciado durante tal fin de semana.
Datos históricos
En respuesta a invitaciones publicadas para asistir a la reunión de la "Asociación General," los ministros de cinco estados se reunieron en Battle Creek, Michigan, del 18 de septiembre al octubre 1 de 1860. Jaime White, uno de los que convocaron a la reunión, instó a la formación de una organización que legalmente podría ser propietarios de la editorial. Finalmente se propuso una organización, pero sin un nombre jurídico y organizativo, no se podía lograr nada. Algunos se opusieron a la elección de un nombre porque sentían que al hacerse adventistas se convertirían en otra denominación más, o peor aún, llegaríamos a ser "Babilonia".
Después de discutir posibles nombres, por fin, se eligió el nombre "Iglesia de Dios", el cual fue favorecido por muchos, incluyendo a Jaime White. Otros pensaban que el nombre sonaba demasiado presuntuoso, sin mencionar que aquel nombre estaba siendo utilizado por otras iglesias. Finalmente "Adventista del Séptimo Día" se propuso. La aprobación del nombre fue propuesto por David Hewitt, el primer convertido de Joseph Bates en Battle Creek en 1852. Una vez que el nombre de la editorial fue elegido, se votó rápidamente que el mismo nombre también sea recomendado a las iglesias en general. Así, el 1 de octubre de 1860, el nombre que "llevó las características verdaderas de nuestra fe" fue elegido. En aquel tiempo, había alrededor de 2.500 adventistas del séptimo día en el noreste de Estados Unidos y el sudeste de Canadá. Hoy, ese número ha crecido a más de 16.000.000 miembros de la iglesia en todo el mundo.
Elena de White permaneció en un segundo plano a lo largo de las reuniones, pero tan pronto como se escogió el nombre envió el siguiente mensaje de apoyo: “No podríamos elegir un nombre más apropiado que el que concuerda con nuestra profesión, expresa nuestra fe y nos señala como pueblo peculiar…” (Joyas de los testimonios, t 1 p. 80)
A continuación ponemos a su disposición los bosquejos de dos sermones que se predicaran este sábado:
La Iglesia Adventista ¿tiene una posición tomada con respecto a la naturaleza humana de Cristo?
Durante décadas, los adventistas han estado debatiendo con respecto a la naturaleza humana de Jesús, sin resolver la diversidad de posiciones que caracterizan el debate. Estoy agradecido de que no haya preguntado por mi opinión personal, sino por la que la iglesia tiene con respecto a este tema. La iglesia ha respondido su pregunta de una manera tangencial1. Le mostraré la posición y por qué, en mi opinión, la iglesia está en lo correcto.
1. Posición oficial de la iglesia:Por "posición oficial de la iglesia" quiero significar un entendimiento específico de un tema doctrinal, votado en consenso por los representantes de la iglesia mundial en una sesión de la Asociación General. Con respecto a su pregunta, la declaración de la iglesia de las Doctrinas Fundamentales es útil, ya que resume lo que la iglesia sostiene como verdades bíblicas alrededor del mundo. Déjeme citar algunas declaraciones relacionadas con su inquietud: "Dios el Hijo eterno se encarnó en Jesucristo [Juan 1:1-3, 14][...] Siendo para siempre verdaderamente Dios, también se convirtió verdaderamente en hombre, en Jesús, el Cristo [Heb. 2:14][...] Vivió y experimentó tentaciones como ser humano, pero ejemplificó perfectamente la justicia y el amor de Dios [Heb. 4:15]" (Creencias fundamentales de la Iglesia Adventista, nº 4). En su infinito amor y misericordia, Dios "al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado" (2 Cor. 5:21).
Estas declaraciones atestiguan que, en primer lugar, Jesús es divino; segundo, que llegó a ser lo que antes no había sido: verdaderamente humano; y, tercero, que fue sin pecado, aun cuando enfrentó severas tentaciones.Podemos hacer estas afirmaciones sin vacilaciones, porque es lo que la Biblia enseña claramente acerca del Hijo de Dios. Sin embargo, la iglesia, sabiamente, no ha dilucidado, en una declaración doctrinal, la esencia específica de la naturaleza humana de Jesús. 2. El misterio de la encarnación: Lo que ocurrió dentro del vientre de María es algo desconocido para los seres humanos. Deberíamos estar más que deseosos de reconocer que la encarnación del Hijo de Dios escapa a nuestra comprensión. La encarnación es, precisamente, la unión de lo divino y lo humano en la condición de la carne humana. Aunque las dos naturalezas permanecen distintas, lo que sucedió no fue que lo divino moró en lo humano, sino una encarnación real. Éste es el evento más misterioso en la historia del universo que las criaturas inteligentes de Dios hayan conocido, y está más allá de su capacidad intelectual. Es una singularidad genuina en el cosmos; probablemente, sea por esta razón que Dios ha llevado a la iglesia a afirmar sólo lo que la Biblia declara inequívocamente, sin intentar especular con respecto al evento mismo y lo que sucedió en el momento en que las dos naturalezas se unieron en el vientre de María.
3. Desafío para estudiar:El hecho de que la encarnación del Hijo de Dios sea un misterio no debería desanimarnos de explorarla para obtener su mejor entendimiento. Dado que el estudio del tema nos llevará toda la eternidad, sería deseable —incluso necesario— comenzar a estudiarlo desde ahora. Sin embargo, la profundidad de este sagrado tema debería conducirnos a reconocer que nuestras posiciones son siempre limitadas y que nuestras pretensiones de que lo entendemos deben estar caracterizadas por la humildad. Lo significativo de ese magnífico evento es que Dios vino a habitar entre nosotros, revelándonos su gloria, su gracia y su verdad (Juan 1:14); Jesús "es la imagen del Dios invisible" (Col. 1:15). La encarnación no ocurrió para estimular el debate teológico entre los creyentes, sino para hacer posible que el Hijo de Dios muriera por nosotros y librara "a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre" (Heb. 2:15). La contemplación de la encarnación del Salvador debería llevarnos a imitar su amor abnegado en un espíritu de humildad (Fil. 2:1-5).
Todo intento por definir la naturaleza humana de Cristo es una exploración del misterio de la encarnación, y debería ser abordado con reverencia y la conciencia de que no hay lugar para el orgullo humano y actitudes condenatorias. La iglesia ha permitido la diversidad de opiniones sobre este tema y anima su estudio, pero rechaza los intentos de imponer a otros nuestras ideas personales. Los esfuerzos por obligar a otros a adoptar una comprensión particular de la naturaleza humana de Cristo generalmente causan turbación, divisiones y actitudes anticristianas en las congregaciones locales. La exploración de este tema debería motivar la unidad cristiana, el amor y la fe.
Fuente: Centro de Investigaciones Bíblicas / Biblical Research Institute Autor: Ángel Manuel Rodríguez. Doctorado en teología (ThD) Andrews University. Desde 1992 comienza a el trabajar para Biblical Research Institute (BRI) General Conference of Seventh-day Adventists y desde el 2002 es el Director. Autor de destacados libros y artículos en la revistas adventistas, destacándose su columna mensual en Adventist World.Fue director del Antillian College y vicepresidente académico del Southwestern Adventist University. Referencias: 1. "...Dicho de una idea, de una cuestión, de un problema, etc.: Que solo parcial y no significativamente se refiere a algo". / Diccionario de la Real Academia Española
Buenos días, hermanos y hermanas en Cristo! Que privilegio adorar juntos en este último sábado por la mañana del 59º Congreso de la Asociación General. Estamos contentos por las diversas maneras que el Señor ha dirigido a su iglesia durante esta semana. Le damos toda la gloria.
La Iglesia Adventista del Séptimo Día está en un viaje directo al cielo y ya casi estamos en casa. Creo con todo mi corazón que Jesús viene pronto. Lo decimos en cada idioma…. “ Jesus revien bientot! (Fránces), Haysoos vee-en-nay (vien-a) pronto! (Español), Brehvee Jayzeus voltarah! (Portugues), Isus prediot skora! (Ruso), Yesu ana- kuja kari-buni sana! (Swahili), Yesu knee me.....Kgauld....O shim- knee-dah! (Koreano), Yesu zhai-lie! (Chino), Yesu jelldee eye-gah! (Hindu), Si Haysus eye ma-lahh-pit nang duma-ting! (Tagalog), Ha ana ahti seriahn! (Arabe), Yahsus kommt bahldt! (Alemán)..." y en muchos otros idiomas del mundo.
Aprecio el maravilloso espíritu y entusiasmo de nuestra familia de fe en todo el mundo. Y mientras estamos todos orgullosos de nuestras respectivas naciones y culturas, alabo al Señor porque hay una cultura de Cristo que nos une a todos juntos y reemplaza a los demás. En ese espíritu, humildemente pido por sus oraciones para que el mensaje que comparto hoy sea escuchado claramente y que el mensajero no sea exaltado. Para ese fin, si hay un punto en particular en el cual ustedes están de acuerdo, por favor respondan con un caluroso “Amen” en vez de aplaudir. Gracias por su ayuda en guardar el mensaje, y no al mensajero, durante nuestro tiempo junto.
MUNDO CAÓTICO; PALABRA SÓLIDA
Las señales de la venida de Cristo se están incrementando en frecuencia y en intensidad cada día. Los eventos destructivos en la naturaleza, la gran confusión de las políticas mundanales, las actividades penetrantes y comprometedoras del ecumenismo, la desintegración de los valores de la familia y la sociedad, la desconfianza en la autoridad absoluta de la Santa Palabra de Dios y los diez mandamientos, el crimen galopante y el decaimiento moral, las guerras y rumores de guerra y la lista continúa. Todo señala sin lugar a dudas al clímax de la historia de la tierra y el retorno del Señor quien nos llevará en el viaje final a casa, al cielo. Que tremenda bendición saber que aun en el medio de la incertidumbre del mundo alrededor nuestro podemos descansar con absoluta seguridad en la palabra invariable de Dios! A través del curso de la historia humana y en contra del ataque satánico implacable, Dios ha preservado Su Santa Palabra. La Biblia contiene un registro exacto de nuestros orígenes, un registro confiable de nuestra salvación, y una mirada gloriosa a nuestra pronta liberación. Como Adventistas del Séptimo Día, aceptamos la Biblia como el fundamento para todas nuestras creencias y vemos en sus páginas nuestra identidad y misión profética.
IDENTIDAD Y MISIÓN ADVENTISTA
Con el poder de su verdad, Dios ha labrado de este mundo caótico a la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Somos un pueblo peculiar, el pueblo remanente de Dios que exaltará a Cristo, su Justicia, el mensaje de sus tres ángeles de Apocalipsis 14 y su pronta venida. Como cristianos creyentes en la Biblia viviendo en los últimos días de la historia de la tierra, seremos lo que el apóstol Pedro llamó “un linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”. Como pueblo remanente de Dios identificado en Apocalipsis 12:17 como los que “guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo”, tenemos un mensaje único de esperanza y un mandato para proclamar la gracia de Dios al mundo. En el séptimo volumen de los Testimonios leemos, “Los Adventistas del Séptimo Día han sido elegidos por Dios como un pueblo peculiar, separados del mundo… El los ha hecho sus representantes y los ha llamado a ser embajadores de Él en su última obra de salvación”.
SÁBADO
Una de las características que identifican al pueblo de Dios de los últimos días es el hecho que los miembros de su iglesia aceptan y creen TODOS los diez mandamientos de Dios incluyendo el cuarto mandamiento el cual nos llama a recordar el día Sábado santo de Dios. La observancia del Sábado no es la única señal de su creación en el principio pero será LA SEÑAL del pueblo de Dios en los últimos días en contraste con aquellos que tienen la marca de la bestia representando un intento para guardar un día que Dios no lo ha separado como santo.
EL SÁBADO Y EL MENSAJE DE LOS TRES ÁNGELES
El Sábado y su significado relaciona cada uno de los mensajes de los tres ángeles en Apocalipsis 14. El primer ángel que “tiene el evangelio eterno” –la justicia de Cristo- proclama “Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas”. Dios es el Creador y es adorado en Su Día sábado como una señal de nuestra lealtad a su palabra y poder creativo. El segundo ángel en el versículo 8 proclama “Ha caído, ha caído Babilonia…, porque ha hecho beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicación”. Ella ha corrompido los mandamientos de Dios e instituido otro día de adoración que no es el séptimo día sábado el cual es la verdadera marca de la creación de Dios. El tercer ángel anuncia en los versículos 9-12 que “Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano él o ella será atormentado o destruido con fuego y azufre”. Si adoras a la bestia y a su imagen estas rechazando la ÚNICA señal que Dios ha proclamado como su prueba de lealtad….el séptimo día Sábado.
SALVACIÓN
El tercer ángel cierra su proclamación en el versículo 12 al identificar al pueblo de Dios como aquellos quienes “guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús”. Confiamos plenamente en Jesús y nuestra relación con Él para nuestra salvación. No obtenemos la salvación a través de las obras, sino a través de la gracia de Cristo que proclamamos. La gracia es la promesa del perdón de Dios y la provisión del poder de Dios – justificación y santificación. No puedes separar lo que Cristo hace POR TI (justificándote diariamente como si no hubieses pecado) de lo que Él hace EN TI (santificándote diariamente cuando te rindes a Él y permites que el poder del Santo Espíritu para cambiar tu vida para llevar a ser más y más como Jesús). Este es el Evangelio eterno el cual es hablado en el mensaje del primer ángel. Es la justificación por la fe. Esto es porque los Adventistas del Séptimo Día deben ser las voces más poderosas al proclamar la gracia de Dios! El tema del Gran Conflicto se trata de la gracia de Dios para salvar a los pecadores y a través de Su poder para transformarlos en Sus hijos e hijas, testigos fieles proclamando los mensajes de los tres ángeles con celo del Espíritu Santo a través de una viva conexión con Jesús, el Autor y Consumador de nuestra fe.
La sangre expiatoria de Jesucristo en la cruz y el ministerio expiatorio de Jesucristo en el santuario celestial tiene sólo un propósito: la salvación de cada pecador arrepentido. Así, a través de su sacrificio expiatorio y el ministerio del Real Sacerdocio “podemos acercarnos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”. Este es la gracia redentora, poderosa y maravillosa la cual hemos sido llamados a proclamar a un mundo enfermo de pecado.
Además, sólo una acción genuina de las profundidades de la gracia de Dios puede remover toda razón para los extremos opuestos ya sea de auto indulgencia o auto dependencia. Ese maravilloso libro El Camino a Cristo, explica que “No tenemos razón para la exaltación propia. Nuestro único motivo de esperanza es la rectitud de Cristo que nos es impartida, dada gratuitamente (justificación), y es moldeada por su Espíritu, obrando en nosotros y por nosotros (santificación)".Lea esas páginas maravillosas en torno a esta cita para tener una visión clara de la justificación por la fe.
EL ESPÍRITU DE PROFECÍA
Ahora, retornemos a Apocalipsis 12:17 y a otra gran marca distintiva del pueblo remanente de Dios. Leemos que tendrán “el testimonio de Jesucristo”. El mismo espíritu que motivó a los santos hombres nuevamente en estos últimos días levantará un mensajero del Señor. Mis hermanos y hermanas de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, el Señor nos ha dado uno de los dones más grandes posibles en las escrituras del Espíritu de Profecía. Así como la Biblia no es anticuada o irrelevante, tampoco lo es el testimonio de la mensajera de Dios de los últimos días. Dios usó a Elena G. White con una sierva humilde para proveer una visión inspirada acerca de la Escritura, profecía, salud, educación relaciones, misión, familias y muchos otros temas. Lean el Espíritu de Profecía, sigan el Espíritu de Profecía y compartan el Espíritu de Profecía. Hay muchos libros maravillosos para compartir, incluyendo el libro que Elena White indicó que ella deseaba distribuirlo más que cualquier otro, “El Gran Conflicto”. Agradezcamos al Señor por la libertad religiosa en este y otros países que nos permiten compartir la verdad. El Espíritu de Profecía es una de las marcas del pueblo de Dios de los últimos días y es tan aplicable hoy como lo fue antes porque nos fue dado por el cielo mismo. Como el remanente fiel de Dios, no podemos hacer nada sin el efecto de la preciosa luz dada en los escritos de Elena G. White.
HUMILDAD COMO LA DE CRISTO
Cuando usamos ese término, la iglesia remanente o el pueblo remanente, no debemos nunca usarlo de una manera exclusiva y auto centrada. Somos el pueblo más humilde en la tierra, que reconoce nuestra necesidad completa de Jesús nuestro Salvador y lo adoramos por llamarnos en este poderoso movimiento.
Adventista. Este movimiento adventista está conformado por gente simple y humilde – no simplista, sino simple. Muchos del pueblo de Dios son educados, disciplinados y comprensibles, pero así son personas simples. Nuestro Salvador habló con autoridad sorprendente y aún era lo suficientemente humilde para atraer al peor de los pecadores. Esta iglesia no es sólo otra denominación; es un movimiento único iniciado en el cielo con una misión de salvación al mundo que debe continuamente avanzar en la humildad de Jesús. El mundo necesita escuchar el mensaje de Cristo de un pueblo que se parece a Cristo. Cuando somos transformados por su gracia, predicaremos, enseñaremos y testificaremos el mensaje directo de la Biblia y del Espíritu de Profecía de una manera humilde y amorosa.
Cuando nosotros, con toda humildad, confiamos por completo en los brazos eternos de nuestro Señor, Él trabajará a través de nosotros de una manera poderosa para dar el mensaje final de la misericordia a un mundo moribundo. Nuestro éxito al acabar esta obra depende de nuestra sumisión a la Palabra de Dios y a la guía del Espíritu Santo. Depende de humillarnos ante nuestro Creador y negarse uno mismo para que Jesús nos pueda controlar y nos ayude a superar nuestro pecado. Depende de si estamos o no dispuestos a pedir con humildad el reavivamiento y reforma en nuestras vidas personales y corporativamente como iglesia que conducirá al derramamiento del Espíritu Santo en la lluvia tardía.
La Sra. White registra una visión en Testimonios Vol. 8 titulado “¿Qué Podría Haber Sido?” (“What Might Have Been”, Testimonies to the Church, Vol 8, p 104-106). Ella vio que Dios quería hacer dos grandes cosas en la Sesión de la Conferencia General en 1901: 1. Reorganizar la iglesia que nos da gran parte de la estructura que tenemos hoy, y 2. Proporcionar el derramamiento del Espíritu Santo, la cual no sucedió porque había incredulidad en la iglesia y los líderes y el pueblo de Dios no se humillaron ante Dios. La iglesia perdió la oportunidad de recibir la lluvia tardía. Fue hace ciento nueve años. No hagamos esperar más a Dios para comenzar la lluvia tardía para que Jesús pueda venir.
Tenemos que orar sinceramente por esa experiencia. Hemos estado haciendo eso durante esta sesión y debemos seguir buscando sinceramente la voluntad del Señor en nuestras vidas cuando nos vayamos de aquí. La Sra. White deja claro que "un reavivamiento de la verdadera piedad entre nosotros es el mayor y más urgente de todas nuestras necesidades. Buscar esto, debe ser nuestro primer trabajo". Durante las sesiones de trabajo de esta Asociación General, ustedes han estado suplicando por un avivamiento y reforma, por el Espíritu Santo y la lluvia tardía. Hermanos y hermanas, este es el tiempo... ¡El Señor viene pronto! Quiere usar a su iglesia remanente de una manera más poderosa. El Señor desea reproducir en nosotros su propio carácter. Esto puede suceder si nos entregamos a Él cada día. Como Pablo nos dice en Filipenses 2:5, "Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús". Cuando nos conectamos con Cristo todos los días y dejamos que El pueda trabajar a través de nosotros, seremos usados por el Espíritu Santo para proclamar su gracia y para acelerar la venida del Señor. Recuerden, este es el movimiento Adventista, un pueblo llamado, una iglesia remanente, un pueblo del destino, un pueblo en un viaje hacia el cielo, que proclama la gracia de Dios.
En el libro Lecciones Objetivas de Cristo leemos el deseo de Cristo por su pueblo: "Cristo espera con un deseo anhelante la manifestación de sí mismo en su iglesia. Cuando el carácter de Cristo sea perfectamente reproducido en su pueblo, entonces Él vendrá para reclamarlos como si fueran propios. Es el privilegio de cada cristiano no sólo a buscar sino apresurar la venida de nuestro Señor Jesucristo. Si todos los que profesan su fruto con el nombre de su gloria, cuan rápidamente el mundo entero será sembrado con la semilla del evangelio. Rápidamente la gran última cosecha estaría madura, y Cristo vendría para recoger el precioso grano".
ISRAEL FUERA DE EGIPTO
En el Antiguo Testamento, Dios llamó a un pueblo peculiar con un mensaje y un destino. Ellos fueron llamados a seguir un camino de fe y por su confianza en Él para proclamar la gracia de Dios al mundo. Los hijos de Israel vivieron en Egipto durante 400 años y terminaron siendo esclavos de los egipcios. Crecí en Egipto hasta cerca de los ocho años. El Cairo fue mi casa, sabía muy poco sobre el mundo, excepto sobre el Medio Oriente. Es un lugar maravilloso lleno de gente maravillosa. Sin embargo, en aquel tiempo antiguo, Israel estaba en cautiverio en Egipto. A través del uso milagroso de Dios de Moisés, Aarón y Miriam, Dios liberó a su pueblo para un viaje... para una misión en el mundo. Después de la décima devastadora y última plaga, los Hijos de Israel salieron en su viaje hacia el sur de Egipto.
Éxodo 13:21 dice que "...Jehová iba delante de ellos de día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarles, a fin de que anduviesen de día y de noche” ¡Qué maravilloso Dios... El nos guiará de día y de noche! El Señor los condujo por el lado oeste del Mar Rojo al lado del desierto Egipcio. Leemos en el capítulo 14:02 que Dios los llevó a un lugar para que "acampen delante de Pi-hahirot, entre Migdol y el mar hacia Baal- zefón; delante de él acamparéis junto al mar”. Mi padre, que pasó casi 15 años en Egipto, siente que él sabe dónde está este lugar tal como está descrito en "Patriarcas y Profetas". Es un lugar donde Dios pudo demostrar su poder contra los egipcios. Algunos estudiosos de la Biblia creen que los hijos de Israel cruzaron el Mar Rojo en un lugar de juncos hasta la altura de la cintura. ¿De qué valor sería para Dios demostrar su poder? Absolutamente de ningún valor! En realidad, era un lugar muy difícil. Como los israelitas fueron avanzando al sur tenían el desierto Egipcio al oeste, una montaña frente a ellos, el Mar Rojo al este y Egipto detrás de ellos. El capítulo continúa describiendo cómo el faraón cambió de opinión y reunió sus fuerzas para perseguir a los israelitas con "seiscientos carros elegidos y todos los carros de Egipto". El versículo 10 dice que cuando los israelitas oyeron que el ejército del Faraón venía, se aterrorizaron. ¿Por qué es que cuando Dios nos está conduciendo, nos da miedo? Los israelitas tenían la demostración de la nube y el pilar de fuego - ¿por qué no confiar en un poder que los estaba guiando? Vamos a aprender la lección. Los israelitas estaban tan angustiados que se enojaron con Moisés, en el versículo 11 dice: "¿No había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el desierto? ¿Por qué has hecho así con nosotros, que nos has sacado de Egipto?” ¿Por qué actuamos de la misma manera a veces? Vemos las señales milagrosas de Dios y su misericordia y luego cuando algo sale mal culpamos a Dios.
Luego en el versículo 13 Moisés le dice al pueblo que no tenga miedo, "estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros”. A menudo nos sentimos tentados a actuar con nuestros propios impulsos, sin permitir que el Señor guíe nuestros pasos. Sin embargo, el Señor nos pide que vayamos hacia delante sólo bajo su dirección. Así Moisés dio la promesa de gran alcance en el versículo 14 que debería ser la promesa que todos clamamos al enfrentar la culminación de la gran controversia entre Cristo y Satanás, "Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos".Hermanos y hermanas, el Señor peleará por nosotros, Él abrirá el camino. Él proveerá la victoria a su iglesia, pero debemos confiar en Él, debemos humillarnos delante de Él, debemos obedecerle, y debemos seguir su liderazgo.
Luego, Dios anunció a los Hijos de Israel por medio de Moisés la misma orden que le da a su iglesia remanente de los últimos días. El versículo 15 declara: "Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que MARCHEN”. Cuando Dios dice, AVANCEN, tenemos que AVANZAR.
Sin embargo, los hijos de Israel no podían ver el panorama. Se habían olvidado de cómo Dios los había llevado en el pasado. No olvidemos nunca que Dios ha guiado a este movimiento Adventista en el pasado y cómo Él lo llevará a la victoria en el futuro para la gloria de su nombre y la reivindicación de su plan de salvación ante el universo entero. Estamos en el final del conflicto de los siglos, y Dios dice "AVANCEN".
Pero ¿Qué hicieron los Hijos de Israel? Se sintieron atrapados por el desierto a su derecha, la montaña por delante de ellos, el Mar Rojo a su izquierda y el ejército de Egipto que se aproximaba detrás de ellos. Ellos no pusieron su confianza en el poder de Dios. Todo lo que podían ver eran las barreras.
No sé qué barreras estas afrontando hoy. No sé qué barreras crees que la iglesia está enfrentando hoy. Lo que sea, Dios tiene un camino –para cada uno de nosotros personalmente y para la iglesia cuando clamamos la gracia de Dios.
1. Estas enfrentando: - ¿Las montañas de la duda secular en la Biblia? - ¿Un mar de interpretación liberal de la Palabra de Dios? - ¿Ejércitos de confusión espiritual? Dios dice que somos una nación santa y un pueblo peculiar, “ Avancen”
2. Estas confrontando a: - ¿Montañas de dificultades financieras? - ¿Un mar de conflictos personales y familiares? - ¿Fuerzas de cambio social negativo? El Señor dice “Avancen” Tú eres mi pueblo escogido.
3. Estas rodeado de - ¿Montañas de mala comunicación? - ¿Un mar de confusión y falta de descanso en el hogar/en el trabajo /en la iglesia/en la sociedad? - ¿Fuerzas de conflicto emocional y de desconfianza? Dios dice, “Avancen” sin importar las circunstancias. Dios tiene un camino a seguir.
La inspiración nos dice: "Dios en su providencia trajo a los hebreos en la espesura de montañas frente al mar, de que él puede manifestar su poder en su liberación y abatir el orgullo de sus opresores. Podría haberlos salvado de cualquier otra manera, pero Él optó por este método para poner a prueba su fe y su confianza en Él"(Patriarcas y Profetas, p. 290).
Fue entonces que Dios obró uno de sus grandes milagros como Él hará hoy! Los versículos 19 y 20 de Éxodo 14 dice que la nube de protección de Dios se movió de adelante de los israelitas para atrás para protegerlos del ejército egipcio. Para los israelitas la nube fue una inundación de luz y para los egipcios era una pared de oscuridad.
El versículo 21 dice que Moisés alzó su mano sobre el Mar Rojo y Dios creó el gran camino por el Mar Rojo. La nube permaneció atrás con los egipcios mientras que los israelitas avanzaban en fe a través del Mar Rojo. ¿Puedes imaginarte la emoción de más de un millón de personas caminando a través del mar en un camino seco? Imagina la emoción que los niños tuvieron cuando vieron a un pez nadando como si fuera un acuario.
De nuevo en Patriarcas y Profetas, la pluma inspirada describe el escenario en un poderoso lenguaje, "La gran lección que aquí se enseña es para todos los tiempos. A menudo la vida cristiana se ve acosada por peligros, y el deber parece difícil de realizar. La imaginación nos retrata una inminente ruina delante y la servidumbre o la muerte detrás. Sin embargo, la voz de Dios habla claramente: "Avancen". Debemos obedecer este mandato, aun cuando nuestros ojos no puedan penetrar la oscuridad y sintamos las frías olas sobre nuestros pies. Los obstáculos que impiden nuestro progreso nunca desaparecerán ante un espíritu vacilante y dudoso”(Patriarcas y Profetas, p. 290).
Así que, hermanos y hermanas, miren al Dios todopoderoso quien te puede tomar a través de cualquier cosa que enfrentes en el futuro. Nunca pierdas tu entera confianza y seguridad en Él. Siempre obedece su mandato de “Avanzar”. Después que los israelitas hubieron completado su tarea dirigida por el cielo de caminar a través del Mar Rojo, se les permitió a los egipcios perseguirlos. Todo fue de acuerdo al plan de Dios. Dios tiene un plan para tu vida y para esta iglesia. Nunca dudes del destino de este poderoso movimiento adventista. Esta en las manos de Dios. Dios nos ha dado la instrucción profética de conocer la culminación de la gran controversia - ¡Dios es el vencedor!
Los versículos 23-30 describen la visión increíble del ejército Egipcio persiguiendo a los israelitas sólo para que el Señor milagrosamente quitase las ruedas de sus carros y luego hiciera que el poderoso mar Rojo se tragase a todo el ejército para la victoria completa. Pueden ver lo que sucede al "estad firmes, y ved la salvación del Señor". El versículo 31 registra , "... Y vio Israel aquel grande hecho que Jehová ejecutó contra los egipcios; y el pueblo temió a Jehová, y creyeron a Jehová y a Moisés su siervo”.
Éxodo Capítulo 15 registra la gran canción de victoria cantada por Moisés y los Hijos de Israel, “… porque se ha magnificado grandemente; ha echado en el mar al caballo y al jinete. Jehová es mi fortaleza y mi cántico, y ha sido mi salvación. Este es mi Dios, y lo alabaré; Dios de mi padre, y lo enalteceré”.
Hermanos y hermanas del movimiento Adventista….estamos en un viaje grandioso. Sólo mira a Dios para tu liberación. El mensajero del Señor declara “La senda donde Dios guía el camino puede estar a través del desierto o el mar, pero es un camino seguro”(Patriarcas y Profetas, p. 290).
Por supuesto, puedes estar seguro de que cualquiera sea la dirección a la que Dios te llama, Satanás te tienta para ir a otro lado. Cuando Dios dice "Adelante", el diablo tiene un paso atrás para ti. Pero mis amigos, ahora que estamos en el borde de nuestro hogar eterno, el mismo Dios que ordenó a los israelitas para avanzar a la tierra prometida y no hacia atrás a Egipto hoy os llama a seguir adelante y no al revés(Éxodo 14:15).
AVANZA, NO RETROCEDAS
Avanza, no retrocedas... No sucumbas ante la idea equivocada, ganando el apoyo incluso en la Iglesia Adventista del Séptimo Día, de aceptar el culto o los métodos de evangelización de alcance sólo porque son nuevos y están "de moda". Debemos estar atentos para probar todas las cosas conforme a la autoridad suprema de la Palabra de Dios y el consejo con la que hemos sido bendecidos en los escritos de Elena G. de White. No lleguemos a los movimientos o los centros de mega-iglesia fuera de la Iglesia Adventista del Séptimo Día que prometen éxito espiritual basado en una teología defectuosa. Manténgase alejados de las disciplinas espirituales no bíblicas o métodos de formación espiritual que tienen su origen en el misticismo, como la oración contemplativa (contemplative prayer), la oración centrada (centering prayer), y el movimiento de la iglesia emergente en la que se promueven. Miren dentro de la Iglesia Adventista del Séptimo Día Iglesia, a los pastores humildes, los evangelistas, los eruditos bíblicos, los líderes y directores departamentales que pueden proporcionar los métodos de evangelización y programas que se basan en sólidos principios bíblicos y en el tema del "Gran Conflicto".
¡Avancen, no retrocedan! Usen y practique un culto, la música y los servicios de iglesia centrados en Cristo y basados en la Biblia. Si bien entendemos que los servicios de culto y de las culturas varían en todo el mundo, no retrocedamos en la configuración pagana confusa donde la música y la adoración se centran en la emoción y en la experiencia que se pierde el enfoque central en la Palabra de Dios. Todos los cultos, ya sean simples o complejo debe hacer una cosa y una cosa solamente: exaltar a Cristo y dejar el yo. Los métodos de adoración que elevan el rendimiento y el yo deben ser sustituidos por una simple y dulce reflexión centrada en Cristo, en un enfoque bíblico. Definirlo muy de cerca es imposible, pero cuando se lee en la Escritura de la santidad de la presencia de Dios el Espíritu Santo te ayudará a saber qué está bien y qué está mal.
¡Avancen, no retrocedan! Permanezcan en la verdad aunque se desplomen los cielos. No sucumba a la teología fanática que arranca la Palabra de Dios de los pilares de la verdad bíblica y las creencias vitales de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. No se dejen llevar con cada pequeño capricho de la "nueva" teología o por una complicada tabla del tiempo que tienen por objeto explicar los conceptos oscuros o inusuales que poco tienen que ver con nuestra teología y la misión global. Las creencias históricas bíblicas de la Iglesia Adventista del Séptimo Día no se moverán. La fundación Bíblica se mantendrá segura hasta el final de los tiempos. Escuchen lo que se nos dice en Mensajes selectos, tomo 1, página 246, "¿Qué influencia es la que induciría a los hombres en esta etapa de nuestra historia para proceder en una forma solapada y poderosa para derribar el fundamento e nuestra fe: el fundamento que fue colocado en el principio de nuestra obra mediante el estudio de la Palabra acompañado de oración y mediante revelación?... Debo dar los mensajes de amonestación que Dios me da y luego dejar con el Señor los resultados. toda suerte de herejías han sido presentadas para dominarnos, para nublar nuestras mentes acerca de la enseñanza de la Palabra; especialmente acerca de la ministración de Cristo en el santuario celestial y el mensaje del cielo para esos últimos días, como es dado por los ángeles del capítulo 14 del Apocalipsis. Mensajes de toda especie han sido presentados a los Adventistas del Séptimo Día para ocupar el lugar de la verdad que, punto por punto, ha sido descubierta mediante estudio con oración, y testificada mediante el poder del Señor que obra milagros. Pero los hitos que nos han hecho lo que somos, han de ser preservados y serán preservados, como Dios lo ha manifestado mediante su Palabra y el testimonio de su Espíritu. Él nos insta a aferrarnos firmemente, con el vigor de la fe, a los principios fundamentales que están basados sobre una autoridad incuestionable".
¡Avancen, no retrocedan! Manténgase firme en la Palabra de Dios tal como es literalmente leída y entendida. Por supuesto, siempre debemos humildemente reconocer que somos finitos, criaturas caídas observando las obras de un Dios infinito y omnipotente. Hay cosas en ambos grandes libros de Dios, en la naturaleza y en las Escrituras que no acabamos de comprender. De hecho, se nos dice que el sacrificio de Jesús será "la ciencia y el canto de los redimidos a través del tiempo incesante de la eternidad"(El Conflicto de los Siglos, 651). Pero lo que el Señor en su misericordia nos ha dado en un lenguaje claro y que debe tomarse simplemente así, no debe ser envuelta en el escepticismo. No retrocedamos al malinterpretar los primeros once capítulos del Génesis u otras áreas de la Escritura como alegóricas o simbólicas. Así como en esta semana hemos vuelto a afirmar de manera abrumadora, la Iglesia Adventista del Séptimo Día enseña y cree tanto en el registro bíblico de la creación que tuvo lugar recientemente, en seis literales, consecutiva, contigua de 24 horas al día. La Iglesia Adventista del Séptimo Día nunca va a cambiar su postura o creencia en esa doctrina fundacional. Si Dios no creó el mundo en seis días literales y luego bendijo el día sábado, ¿por qué estamos adorando hoy en este SÉPTIMO DÍA sábado como adventistas del séptimo día? Al malinterpretar o entender mal esta doctrina es negar la Palabra de Dios y negar la propia finalidad del movimiento adventista del séptimo día como la iglesia remanente de Dios llamada a proclamar el mensaje de los tres mensajes con el poder del Espíritu Santo. No retrocedamos a la evolución atea o teísta, avancemos a la comprensión profética que la lealtad a Dios, el Creador y Redentor, se verá en la observancia del séptimo día sábado como la característica distintiva del pueblo de Dios en el tiempo final. Miembros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, mantengan a sus líderes, pastores, iglesias locales, educadores, instituciones y organizaciones administrativas responsables ante los más altos estándares de la creencia basada en una comprensión literal de la Escritura. Utilicen los maravillosos recursos, tales como el nuevo libro del Instituto Bíblico de Investigación sobre la hermenéutica que nos permite conocer la forma correcta de interpretar las Escrituras.
Nuevamente leamos en Mensajes Selectos, Tomo 1 en la pág. 201, “Debemos ser cuidadosos, no sea que interpretemos mal las Escrituras. Las claras enseñanzas de la Palabra de Dios no han de ser tan espiritualizadas que se pierda de vista la realidad. No se fuerce el sentido de las declaraciones de la Biblia en un esfuerzo por presentar algo raro a fin de agradar la fantasía. Entended las Escrituras tales como son”.
Alabo al Señor porque Nancy y yo fuimos criados por padres piadosos. En ninguno de nuestros hogares escuchamos una palabra despectiva acerca de la Biblia o el Espíritu de Profecía. Fuimos criados para temer al Señor y reverenciar su Palabra.
Hace unas semanas perdí mi preciosa Biblia subrayada mientras viajaba. Mientras que la atesoro y estoy muy triste de no tenerla conmigo hoy, alabo al Señor que no he perdido la Palabra de Dios. ¡Ustedes no han perdido la Palabra de Dios! Lo tienen en sus manos, ya sea en forma impresa o en tu iPhone, Ipad, u otro dispositivo electrónico. Nunca debemos dar por sentada la libertad que tenemos para leer y estudiar la Palabra de Dios. Elena G. de White habló conmovedoramente acerca de la Biblia en 1909 en su última aparición pública en una reunión de la Conferencia General. Después de hablar, salió de la plataforma y luego volvió y se apoderó de una Biblia grande y con manos temblorosas se lo entregó a la congregación y dijo: "Hermanos y hermanas, os recomiendo este libro”.Hoy mis queridos hermanos y hermanas de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, debemos mantenernos firmes en el fundamento de la Escritura. Como "el pueblo de la Escritura” de Dios, vamos a leer la Biblia, vivir la Biblia, enseñar la Biblia y predicar la Biblia con todo el poder de lo alto.
¡Avancen, no retrocedan! Dejen que la Escritura sea su propio intérprete. Nuestra iglesia se ha sostenido durante mucho tiempo al método Histórico-Bíblico para entender las Escrituras, permitiendo que la Biblia se interprete a sí misma, renglón tras renglón, precepto por precepto.Sin embargo, uno de los ataques más siniestros en contra de la Biblia es de aquellos que creen en el método Histórico-Crítico para explicar la Biblia. Este enfoque no bíblico de la "alta crítica" es un enemigo mortal para nuestra teología y misión. Este enfoque pone a un erudito o un individuo por encima del enfoque simple de las escrituras y da licencia inadecuada para decidir lo que él o ella percibe como una verdad basada en los recursos y la educación de la crítica. Manténgase alejados de esta clase de enfoque, ya que lleva a la gente a desconfiar de Dios y de Su Palabra. Mensajes selectos, tomo 1, pp. 17-18 habla directamente al respecto. "Cuando los hombres, en su juicio finito, encuentran necesario entrar en un examen de las escrituras de definir lo que es inspirado y lo que no es, han pasado delante de Jesús para mostrarle un camino mejor que Él nos ha llevado…no dejes que una mente o la mano se dedique a criticar la Biblia...aférrate a tu Biblia cuando la lees, y detén tus críticas en cuanto a su validez, y obedece la Palabra, y ninguno de vosotros se perderá".
¡Avancen, no retrocedan! Acepten el espíritu de profecía como uno de los mayores dones dados a la Iglesia Adventista del Séptimo Día no sólo para el pasado sino aún más importante para el futuro. Mientras que la Biblia es lo más importante, en nuestra opinión como la máxima autoridad y árbitro final de la verdad, el Espíritu de Profecía proporciona el consejo claro e inspirado para ayudar a nuestra aplicación de la verdad bíblica. Es una guía enviada del cielo para instruir a la iglesia en la forma de llevar a cabo su misión. Se trata de un expositor fiable teológico de las Escrituras. El Espíritu de Profecía debe ser leído, creído, aplicado y promovido. No es para ser utilizado como un "garrote" para golpear a la gente en la cabeza, sino que debe ser considerado y empleado como una bendición maravillosa para dirigir la iglesia de Dios en los últimos días de la historia de esta tierra. Permítanme repetir una convicción mía, no hay nada anticuado o arcaico acerca del Espíritu de Profecía, es para hoy y hasta que Cristo vuelva.
AVANCEN
Miembros de la iglesia remanente de Dios, Dios nos está diciendo que hemos llegado al fin del tiempo, "Avancemos". Avancen al exaltar a Cristo y proclamar la gracia de Dios; Avancen en la presentación del mensaje de los tres mensajes; Avancen hacia la alegación de reavivamiento y reforma; Avancen en el seguimiento de la Biblia al leerla; Avancen en la lectura y la adhesión al consejo del Espíritu de Profecía; Avancen en proclamar al mundo la buena noticia de salvación y de la inminente segunda venida de Jesucristo. La gracia de Dios está guiando a la gente de todo el mundo a "Avanzar". Debemos continuamente levantar la bandera de la evangelización pública en todo momento. La proclamación de la gracia de Dios y el mensaje de los tres ángeles están cambiando a las personas en todas partes. El Espíritu Santo está trabajando en los corazones de los que escuchan este precioso mensaje del Advenimiento a través de sus palabras y de su testimonio evangelizador... su proclamación de la gracia de Dios. Tenemos que integrar a la evangelización en todos los aspectos de la vida como lo han hecho muchos lugares incluyendo la gran División Sudamericana donde el “evangelismo integrado” es simplemente un estilo de vida.
Un ejemplo de esto nos viene de la División Euro-Asiática. Hace unos años, Vasili fue un oficial de policía en Moldavia. Llegó a ser convencido acerca de la verdad Bíblica y de este precioso mensaje del Advenimiento y quiso ser bautizado como un Adventista del Séptimo Día. Cuando le dijo a su familia sobre su nueva fe, su padre y la madre le dijeron que lo negarían, su hermano dijo que ya no lo consideraría como un hermano, su esposa, Galina, dijo que se divorciaría de él, y su comandante de la policía le dijo que nunca le daría los sábados libres.
Vasili agonizó en oración a Dios para que le diera una respuesta directa a través de la oración simplemente abriendo su Biblia en un texto. ¿Qué hizo? Abrió su Biblia y por la gracia de Dios sus ojos buscaron las palabras de Mateo 10:35-38 donde Jesús explica como la familia puede llegar a ser nuestros enemigos y dice que si tu amas a tu padre o a tu madre más que a Cristo, no eres de Cristo. Vasili fue guiado a escuchar el mandato de Jesús de tomar su cruz y seguirlo. Vasili agradeció a Dios. Tomó su decisión. Fue a la iglesia adventista del séptimo día y fue bautizado. Cuando le dijo a su esposa que había sido bautizado, dijo que ya tenía listos los papeles del divorcio. Vasili no se agito, pero le dijo que la amaba.
Creyendo que apoyarían sus objeciones, Galina acompaño a Vasili a decirle a su familia la noticia de su bautismo. Pero para su sorpresa, los padres y el hermano de Vasili aceptaron su decisión sin objeciones.
Vasili fue a su agente de policía al mando con la carta de dimisión, explicando que había sido bautizado. El oficial dijo "¿Qué es eso? Retira eso y tomate una semana par a pensar en las cosas." Después de una semana, Vasili volvió y de nuevo ofreció su renuncia. En vez de aceptarla, el oficial al mando promovió a Vasili para no tener conflictos los sábados.
Para ese tiempo, la esposa de Vasili, Galina, tuvo un serio problema en su trabajo donde ella era la cajera. El total para el día no sumaba y la empresa dijo que le debía el dinero. En su desesperación le pidió a Vasili que orara por ella y el la invitó a orar con él acerca del problema. Al día siguiente Galina encontró el error de contabilidad para la cantidad exacta de dinero. Vasili la invitó a entregar su corazón a Dios por responder a su oración, pero ella se negó. Más tarde la madre Galina tuvo cáncer y Vasili y Galina la visitaron y oraron por ella. A través de la intervención de Dios fue curada! El corazón de Galina se ablandó y fue directamente a la Iglesia Adventista del Séptimo Día y fue bautizada. Estoy tan feliz de informarles a ustedes hoy que Vasili Garascuic ahora es el tesorero de la Unión Moldova y por la gracia de Dios Vasili y Galina están presentes hoy con nosotros. ¿Podrían ponerse de pie? Alaben a Dios por el poder salvador de su gracia!
Mis hermanos y hermanas aquí en este estadio de Georgia Dome y en todo el mundo, a través del poder del Espíritu Santo proclamen la gracia de Dios y el mensaje de los tres ángeles. Somos una hermosa iglesia en la diversidad, pero unidos en Cristo y en este precioso mensaje bíblico. Somos una familia internacional de todos los rincones del mundo proclamando la gracia de Dios "Avanzando" unidos por el Espíritu Santo y por nuestras creencias bíblicas fundamentales.
¡Qué precioso mensaje para este movimiento Adventista para llevarlo al mundo! La proclamación del mensaje del primer, segundo y tercer ángel llama a la gente de vuelta a la verdadera y bíblica adoración de Dios. ¡Qué Creador! ¡Redentor! ¡Sumo sacerdote! ¡Abogado! ¡Amigo! ¡Qué Dios!
¡Jesús viene pronto! Pronto veremos en el cielo oriental una pequeña nube, oscura alrededor de la mitad del tamaño del puño de un hombre. Se hace más grande y más grande y más y más brillante. Todo el cielo se derrama para este clímax de la historia terrestre. Todo el mundo lo verá, al mismo tiempo por un milagro del cielo. Y allí sentado en medio de millones de ángeles será lo que hemos estado esperando... no al humilde Cordero quebrantado, ni al Sumo Sacerdote, sino al Rey de Reyes y Señor de Señores, Jesucristo, nuestro Redentor! Miramos arriba y decimos: "Este es el Dios en quien hemos esperado". Cristo mira hacia abajo y dice: "Bien hecho buenos y fieles siervos, entren en el gozo de su Señor" y nos levantaremos para recibir al Señor en el aire para volver a casa para estar con Él para siempre... ¡el hermoso fin del viaje del Advenimiento!
Si el maravilloso amor del Señor y el plan de salvación - su gracia triunfante - ha tocado tu corazón y te gustaría renovar tu compromiso con Él y con la misión Adventista del Séptimo Día al volver a casa para anunciar su gracia, querrás pedir por un reavivamiento y reforma en tu vida y la iglesia, querrás la presencia del Espíritu Santo y la lluvia tardía a medida que se proclama la gracia de Dios, querrás anunciar el mensaje de los tres mensajes a los demás, y querrás poner tu vida y tu testimonio personal en las manos de nuestro Redentor Todopoderoso, Sumo Sacerdote y Rey que viene a enfrentar el juicio a través de su sangre, sus méritos, su misericordia y gracia... Si deseas pedir humildemente al Señor que tome el control de tu vida y ayudar a proclamar la gracia de Dios en estos últimos días de historia de la tierra ¿Irías a sus pies ahora mismo y permanecer de pie en compromiso con Él?
Te invito a aceptar la gracia maravillosa de Cristo en tu vida, para renovar tu compromiso con Él y este gran movimiento Adventista, para proclamar la gracia de Dios, y para pedir al Señor que ayude a esta iglesia a “Avanzar”. Antes de cantar nuestro canto tema y luego tener nuestra bendición final, busquemos a Dios juntos en oración… los invito a permanecer de pie y ahora girar hacia la persona que está a tu lado o detrás de ti y en oración cordial y humilde… roguemos con el Señor para un reavivamiento y reforma para que el Espíritu Santo pueda guiar a la iglesia remanente de Dios al “Avanzar” proclamando la gracia de Dios y el mensaje de los tres ángeles. Por favor, oremos juntos.
Autor: Ted N. C. Wilson, presidente de Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día. Lugar: Sermón del sábado 3 de Julio de 2010, en 59º Congreso de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día,Atlanta, Georgia, Estados Unidos. Fuente: Adventist Review / Go Fordward Tradución: Abel Apaza / Director de la Escuela de Educación, Universidad Peruana Unión, Perú (scribd). Correcciones traducción y formato: Editor / OjoAdventista.com
Respuesta adventista a las uniones entre el mismo sexo. Una reafirmación del matrimonio cristiano
Durante las últimas décadas la Iglesia Adventista del Séptimo Día ha sentido la necesidad de declarar claramente y de varias maneras su posición con respecto al matrimonio, la familia y la sexualidad humana. Estos temas están en el corazón de muchos problemas acuciantes que enfrenta la sociedad. Aquello que por siglos ha sido considerado como la moralidad cristiana básica en el contexto del matrimonio, actualmente está siendo cuestionado en forma creciente, y no sólo en la sociedad secular sino también dentro de las iglesias cristianas mismas.
Las instituciones de la familia y el matrimonio están bajo ataque y enfrentan fuerzas centrífugas crecientes que las están destrozando. Un número creciente de naciones está debatiendo el tema de las “uniones del mismo sexo”, haciendo de esto un problema mundial. La discusión pública ha despertado fuertes emociones. A la luz de estos desarrollos, nuevamente la Iglesia Adventista del Séptimo Día expone con claridad su posición. Reafirmamos, sin ninguna duda, nuestra posición de larga data. Como está expresado en las creencias fundamentales de la iglesia, “el matrimonio fue establecido por Dios en el Edén y confirmado por Jesús para que fuera una unión para toda la vida entre un hombre y una mujer, en amante compañerismo”1 Aunque “el pecado ha pervertido los ideales de Dios para el matrimonio y la familia”, “el lazo familiar es el más íntimo, el más tierno y la más sagrada de todas las relaciones humanas”, por lo que “las familias necesitan experimentar una renovación y una reforma en sus relaciones”.2
Dios estableció “el matrimonio como un pacto basado en la unión física, emocional y espiritual de dos géneros, a la que la Escritura llama ‘una sola carne’ ”. “La unión monógama de un hombre y una mujer [...] es el único ámbito moralmente apropiado para la expresión genital y las intimidades sexuales a ella asociadas”. “Cualquier atenuación de esa elevada perspectiva supone, en idéntica media, una rebaja del ideal celestial”.3
La homosexualidad es una manifestación del desorden y la fractura en las inclinaciones y relaciones humanas producidos por la entrada del pecado en el mundo. Mientras que todos estamos sujetos a una naturaleza humana caída, “creemos también que, por la gracia de Dios y con el ánimo de la comunidad de fe, una persona puede vivir en armonía con los principios de la Palabra de Dios”.4
Sostenemos que todas las personas, no importa cuál sea su orientación sexual, son hijos de Dios. No aprobamos que se señale a ningún grupo para hacerlo objeto de burlas o escarnio, y menos de abuso. Sin embargo, es muy claro que la Palabra de Dios no aprueba un estilo de vida homosexual; ni lo ha hecho la iglesia cristiana a lo largo de sus 2.000 años de historia. Los adventistas creemos que la enseñanza bíblica continúa siendo válida hoy, porque está anclada en la misma naturaleza de la humanidad y en el plan de Dios para el matrimonio en la creación.
Este documento fue aprobado y votado por la Junta Directiva de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día el 9 de marzo de 2004.